Fusión mínimamente invasiva. 20 años de experiencia

fusión mínimamente invasiva MIS

Breve historia de la fusión MIS

La historia de la fusión mínimamente invasiva (MIS) comienza en el año 2002, cuando se empezó a explorar esta técnica de fusión poco agresiva que hoy en día es bastante común. En sus inicios, la comunidad médica se enfrentó al desafío de utilizar herramientas que no estaban específicamente diseñadas para este tipo de intervenciones de fusión mínimamente invasiva. Por ejemplo, se utilizó instrumental cervical adaptado para la zona lumbar, lo que representó un gran reto para los cirujanos de la época. Este proceso de adaptación fue crucial para sentar las bases de lo que conocemos hoy como artrodesis lumbar mínimamente invasiva. En 2003, la llegada del separador de Foley (X-Tube) marcó un hito en el desarrollo de la técnica de fusión mínimamente invasiva, ya que permitió una mejor exposición del campo quirúrgico y facilitó la realización de procedimientos más complejos. Desde entonces, la técnica de fusión mínimamente invasiva ha evolucionado continuamente, con la introducción de nuevos dispositivos y materiales que han mejorado la seguridad y efectividad de las cirugías.

Hoy en día, el uso de técnicas MIS (minimally invasive surgery) se ha generalizado en muchos hospitales y clínicas de todo el mundo. Sin embargo, a pesar de su creciente popularidad, la adopción generalizada de estas técnicas no ha sido tan rápida como se esperaba hace más de dos décadas. En los primeros días, se pensó que la cirugía mínimamente invasiva se convertiría en el estándar oro para las intervenciones lumbares, pero aunque ha demostrado ser una opción valiosa, todavía existen áreas de escepticismo entre algunos profesionales. Este escepticismo se debe a varios factores, incluyendo la necesidad de formación especializada y las limitaciones inherentes a la técnica, que se han ido descubriendo a medida que se ha ido implementando en la práctica clínica.

La fusión mínimamente invasiva ha cambiado la forma en que realizamos los procedimientos quirúrgicos, haciendo que sean menos dolorosos y con una recuperación más rápida para el paciente. Uno de los mayores beneficios de la fusión mínimamente invasiva es la reducción del trauma muscular, lo que se traduce en una recuperación más rápida y menos complicaciones postoperatorias.

Los avances en la fusión mínimamente invasiva también han permitido abordar problemas complejos con mayor eficacia, lo que es un gran beneficio para los pacientes. Además, la fusión mínimamente invasiva permite a los cirujanos realizar múltiples intervenciones en una sola cirugía, lo que es un avance significativo en el campo de la cirugía ortopédica.

A pesar de los avances en la técnica y los materiales, existen preocupaciones válidas que han sido planteadas en relación a la cirugía MIS. Algunas de estas preocupaciones incluyen el tiempo de anestesia, que puede ser mayor en algunos casos, y la necesidad de un entrenamiento riguroso para los cirujanos que deseen realizar estas intervenciones. Además, la exposición a rayos X puede ser un factor limitante, especialmente en cirugías más largas. Por otro lado, los defensores de la técnica argumentan que, con el entrenamiento adecuado, el tiempo quirúrgico y la exposición a rayos X pueden reducirse a niveles aceptables, especialmente tras el adveminmiento de sistemas de navegación con imagen virtual, así como con el uso de robots quirúrgicos para la implantación de los tornillos pediculares. No obstante, estas herramientas no están al alcance de todos los centros hospitalarios debido a su alto coste que, por otra parte, es difícil rentabilizar cuando en determinadas estructuras de salud tanto pública como privada. También es importante señalar que los nuevos materiales quirúrgicos disponibles permiten tratar múltiples niveles en una sola intervención, lo que representa un avance significativo en la capacidad de los cirujanos para realizar procedimientos más complejos.

El uso de la fusión mínimamente invasiva se ha expandido a varias especialidades, lo que demuestra su versatilidad y eficacia en diferentes contextos clínicos. Con la evolución de la tecnología, la fusión mínimamente invasiva seguirá mejorando, lo que beneficiará a más pacientes en el futuro. La implementación de la fusión mínimamente invasiva está en constante evolución y los cirujanos deben mantenerse actualizados con las últimas técnicas y materiales.

Argumentos a favor y en contra

La controversia en torno a las técnicas MIS se centra en diversos argumentos planteados tanto por sus detractores como por sus defensores. Los detractores mencionan preocupaciones sobre el alargamiento del tiempo de anestesia, la necesidad de formación específica y la dependencia de rayos X, así como la dificultad para extraer e implantar injertos óseos suficientes. También se critica la cantidad de cicatrices necesarias y se argumenta que los resultados a largo plazo no son necesariamente mejores en comparación con la cirugía abierta tradicional. Sin embargo, los defensores de la técnica subrayan que, con el entrenamiento adecuado, el tiempo quirúrgico se acorta significativamente y que el uso de rayos X se normaliza. Además, los avances en los materiales quirúrgicos permiten abordar múltiples niveles en una sola intervención, y los injertos sintéticos han demostrado ser una alternativa viable a los injertos óseos del paciente. Entre las ventajas también se encuentra la reducción del sangrado durante el procedimiento y el respeto por los tejidos sanos, lo que lleva a una recuperación más rápida.

Los motivos esgrimidos contra de la técnica son múltiples: la preocupación por el alargamiento del tiempo de anestesia, la necesidad de entrenamiento específico, la excesiva necesidad de rayos X, la limitación de niveles que pueden ser abordados en un solo tiempo, la dificultad para extraer e implantar una cantidad suficiente de injerto óseo, la multitud de cicatrices necesarias, el similar resultado a largo plazo…. Pero no son menos los motivos de los defensores: el entrenamiento correcto acorta el tiempo quirúrgico y el uso de rayos X hasta la normalidad, los nuevos materiales permiten abordar muchos niveles a la vez, los injertos sintéticos sustituyen perfectamente al propio del paciente, el sangrado disminuye mucho, los tejidos sanos sufren menos, la recuperación inmediata es más rápida y la musculatura permanece indemne a largo plazo.

Experiencia

Mi experiencia personal en el campo de la cirugía mínimamente invasiva ha sido enriquecedora y me ha llevado a la conclusión de que estas técnicas son altamente efectivas en casos específicos. Sin embargo, es crucial que los cirujanos no se limiten exclusivamente a estas técnicas, sino que las consideren como una herramienta más en su arsenal quirúrgico. La elección de la técnica debe basarse en una evaluación cuidadosa del paciente y en la naturaleza del problema a tratar. En algunas situaciones, la cirugía tradicional puede ser más adecuada. Además, la experiencia del cirujano es fundamental, ya que en procedimientos MIS, la colocación de tornillos pediculares se lleva a cabo bajo control radioscópico, lo que requiere una gran destreza y habilidad para evitar complicaciones.

Personalmente he llegado a la consclusión de que las técnicas MIS son de gran utilidad en determinados casos, bastante frecuentes, pero no deberían hacer que el cirujano haga depender toda su estrategia terapéutica de ellas. Las técnicas MIS deben ser consideradas como un arma más de nuestro arsenal y ser utilizadas en los casos en que REALMENTE van a significar una ventaja para el paciente.

Perspectivas de la fusión MIS

Las técnicas de fusión mínimamente invasiva están en continua evolución, con investigaciones en curso que buscan mejorar aún más los medios y materiales utilizados. La innovación tecnológica y el desarrollo de nuevas herramientas quirúrgicas permitirán a los cirujanos realizar procedimientos más precisos y menos invasivos. Por otra parte, la formación continua de los profesionales de la salud es clave para asegurar que la implementación de estas técnicas sea segura y efectiva. Con el avance de la medicina personalizada, es probable que veamos un aumento en la utilización de estas técnicas en una variedad de contextos clínicos, lo que mejorará los resultados quirúrgicos y la satisfacción de los pacientes.

En operaciones que involucran pacientes con obesidad, el desafío se intensifica, ya que la visibilidad radiológica puede verse comprometida, lo que demanda aún más habilidad y experiencia del cirujano. La disminución en visibilidad y maniobrabilidad en el canal de trabajo es un factor crítico que puede influir en el éxito del procedimiento. Los cirujanos son conscientes de estos desafíos y deben estar debidamente preparados para enfrentarlos mediante una formación adecuada y una práctica constante. A pesar de estos retos, la cirugía mínimamente invasiva presenta ventajas indiscutibles, especialmente en lo que respecta a la recuperación y la preservación de la musculatura en el área afectada.

Indudablemente, el traumatismo muscular con la fusión mínimamente invasiva es mucho menor, por tanto, la recuperación a corto plazo es más rápida. A largo plazo, el respeto de la musculatura también es una ventaja, puesto que no aparece tejido cicatricial-fibroso, el cual impide un normal funcionamiento de las cadenas musculares. En cuanto al sangrado, que se propone como una de las grandes ventajas de la fusión mínimamente invasiva, lo cierto es que no lo es tanto, ya que la cirugía abierta actual no es habitualmente sangrante.

Fusión MIS: Conclusiones

En conclusión, las técnicas de fusión mínimamente invasiva ofrecen ventajas significativas en la recuperación inmediata de muchos pacientes, mejorando su calidad de vida después de la cirugía. Sin embargo, es fundamental recordar que no todos los problemas quirúrgicos de la espalda pueden ni deben resolverse exclusivamente con estas técnicas de fusión mínimamente invasiva. La experiencia del cirujano, la naturaleza del problema y las necesidades específicas del paciente deben ser factores determinantes en la decisión sobre el enfoque a seguir. Además, la comodidad del cirujano y el uso de sentido común son esenciales para asegurar el mejor resultado posible. La idealización de las técnicas de fusión mínimamente invasiva, tanto por parte de algunos cirujanos como de pacientes, puede llevar a expectativas poco realistas que deben ser gestionadas adecuadamente a través de la educación y la comunicación abierta entre el paciente y el médico.

2 respuestas

  1. Saludos Dr.

    Le cuento nuevamente mi caso, ha transcurrido alrededor de 14 meses de la ultima operacion ( tercera) y todo iba bien hasta el ultimo control que me hice en donde se registraron en el TAC signos de aflojamiento en los tornillos del lado izquierdo y comenzo nuevamente la molestia (hormigueo en las pies), el Dr. me indica que el lado derecho esta fusionado pero el lado izquierdo todavia no y que debo esperar y que a pesar sel aflojamiento si se puede fusionar pero que demorará un poco mas de tiempo que este tranquilo, pero realmente estoy muy preocupado!!!!
    En caso de que no se llegue a dar esa fusion, es posible vivir sin volverme a operar ??
    Es verdad que aunque exista aflojamiento se puede terminar de fusionar??
    Cuanto afecta el aflojamiento a la parte que esta fusionada??
    Q podria hacer (ejercicios) para ayudar a que se termine de fusionar???

    Gracias de antemano Doc

    1. Estimado Ramón, no se preocupe si ya hay una lado fusionado, el otro lado terminará haciéndolo también. El aflojamiento es irrelevante para el progreso de la fusión, sin embargo, la holgura de los tornillos puede suponer molestias crónicas con los cambios posturales. Si son molestias que usted tolera nunca precisará retirar el material, pero si le limitan, lo único que precisa es retirar los implantes, que es una intervención sencilla.
      Un saludo

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