¿Qué es la mielopatía cervical?
La mielopatía cervical es un trastorno ocasionado por un daño en la médula espinal. Este daño puede tener diversos orígenes y manifestaciones, afectando tanto a la función motora como a la sensitiva. La mielopatía cervical puede derivar en discapacidades permanentes si no se trata adecuadamente. La identificación de los factores de riesgo, como la edad avanzada, antecedentes de lesiones cervicales y condiciones degenerativas, puede ser útil para la prevención y el manejo de la enfermedad.
Las causas son variadas, pero lo más frecuente es la degeneración espinal hasta los traumas agudos, entender esta afección es crucial para aquellos que la padecen o buscan información al respecto.
Impacto de la mielopatía cervical en la calidad de vida
Esta condición no solo afecta a la movilidad, sino que puede impactar significativamente la calidad de vida de los pacientes. También puede tener un impacto emocional significativo. La pérdida de autonomía y las limitaciones en la actividad diaria pueden llevar a sentimientos de depresión y ansiedad. Es importante que los pacientes reciban apoyo psicológico y social para ayudarles a enfrentar estos desafíos.
La detección temprana de la mielopatía cervical es esencial para evitar el avance de la enfermedad. Los pacientes que presentan síntomas iniciales deben ser evaluados por un especialista, quien puede recomendar estudios de imagen como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas. Estos estudios permiten visualizar el estado de la médula espinal y ayudar en el diagnóstico. Un diagnóstico temprano puede facilitar un tratamiento más eficaz, que puede variar desde fisioterapia hasta procedimientos quirúrgicos, dependiendo de la gravedad del caso.
Causas, síntomas y clasificación de la mielopatía cervical
En casos de degeneración espinal (mielopatía degenerativa), el estrechamiento del canal raquídeo, por la formación de hernias discales o la degeneración de los discos intervertebrales, puede comprimir la médula espinal gradualmente. La compresión puede generar una serie de síntomas que afectan la vida diaria. Por ejemplo, los pacientes pueden experimentar dolor en el cuello que se irradia hacia los brazos, pérdida de fuerza o sensibilidad, e incluso dificultades para realizar tareas cotidianas. A medida que la médula se adapta al estrechamiento, los síntomas pueden comenzar siendo leves, pero a medida que la compresión aumente, estos se pueden extender a las extremidades debido a la afectación de las vías nerviosas que son las encargadas de transmitir la sensibilidad o las órdenes motoras hacia o desde el sistema nervioso central respectivamente. La intervención temprana puede ayudar a aliviar estos síntomas y mejorar la calidad de vida.
Uno de los síntomas más comunes de la mielopatía cervical es la ataxia, una alteración en la coordinación motora que puede provocar dificultades para caminar, tropiezos y sensación de inestabilidad al caminar. Esto se debe a la afectación de las vías sensitivas que transmiten la información posicional al cerebro, lo que resulta en una pérdida de sensación de la posición de los pies y la aparición de titubeos al dar pasos o la necesidad de aumentar la base de sustentación al caminar. Es común ver a las personas con esta afección caminar con las piernas más separadas de lo normal, una respuesta involuntaria del cuerpo que les aporta seguridad en la marcha. Además de la ataxia, los pacientes pueden experimentar debilidad muscular, hormigueo en brazos y piernas, y pérdida de reflejos, lo que puede generar frustración y ansiedad debido a la incapacidad de llevar a cabo actividades cotidianas.
Además de la mielopatía degenerativa, existen casos de mielopatía aguda, que pueden ser el resultado de traumatismos que afecten a la alineación o la integridad estructural de las vértebras cervicales (luxaciones y fracturas). Estos eventos pueden ocurrir de manera repentina, como resultado de accidentes automovilísticos, caídas o deportes de contacto. En algunos casos, una sacudida repentina puede causar daño medular temporal, que puede recuperarse en unas pocas horas, lo que se conoce como conmoción medular. En otras ocasiones, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para estabilizar las vértebras afectadas. La rapidez en la atención médica es vital si queremos minimizar los daños permanentes y preservar en lo posible las funciones neurológicas. Dependiendo del caso, los tratamientos pueden variar desde medicamentos antiinflamatorios hasta cirugía para descomprimir la médula espinal.
La gravedad de la mielopatía se expresa mediante la escala de Nurik, que clasifica los casos en 6 categorías, siendo 0 el equivalente a la normalidad y 5 la mielopatía en que el paciente está condenado a silla de ruedas
Aparte de los factores degenerativos y traumáticos, encontramos casos de mielopatía cervical de origen infeccioso o vascular. Algunas infecciones virales o la trombosis de las arterias que irrigan la médula pueden causar inflamación o infarto de las vías nerviosas, lo que resulta en síntomas similares a los de la mielopatía degenerativa, pero estos casos son menos frecuentes y requieren otro tipo de enfoque terapéutico
Tratamiento quirúrgico
Cuando la mielopatía empieza a mostrar síntomas, bien sensitivos, bien motores, ya es momento de considerar la cirugía como opción, pues el riesgo de progresión, tanto por degeneración progresiva como por cualquier pequeño traumatismo accidental, es alta.
La descompresión quirúrgica de la mielopatía se realiza por vía anterior o por vía posterior dependiendo de la causa que origina la estrerchez del canal raquídeo. En ocasiones es necesario plantear un doble o incluso triple abordaje, bien en una única sesión o bien en sesiones quirúrgicas diferentes.
En el siguiente caso veremos las 3 fases de un paciente que se presentó con mielopatía sintomática por estenosis degenerativa de predominio posterior por plegamiento de los ligamentos amarillos (primera imagen), después de la descompresión por vía posterior mediante laminoplastia (imagen central) y después de la descompresión por vía anterior (tercera imagen), que no se realizó por necesidad medular, sino por síntomas radiculares, es decir, por dolor y hormigueos en brazos o manos debido a compresión no ya del cordón medular, sino de las raíces nerviosas que van a los brazos.
Conclusiones
Como hemos visto, la mielopatía cervical puede tener diversas causas y manifestaciones, desde la degeneración espinal hasta los traumas agudos. El diagnóstico preciso y el tratamiento oportuno son fundamentales para evitar complicaciones y preservar la función neurológica en los pacientes afectados. Es esencial que aquellos que experimenten síntomas consulten con un especialista para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado. La concienciación sobre esta condición puede ayudar a reducir su impacto en la vida de quienes la padecen, permitiendo un mejor manejo y una mejor calidad de vida.